Las cepas que semejaban árboles libres

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A mediados de febrero, más o menos, más de la mitad de la poda de nuestros viñedos está hecha.

En el Bierzo practicamos un tipo de viticultura clásica, en los viñedos destinados a vinos tintos mencía, como el Cuatro Pasos y el Cuatro Pasos Black, nuestras viñas están plantadas de forma tradicional, “en vaso”. En este tipo de viñedo, las cepas crecen “en solitario”, es decir, no cuentan con ningún sistema que conduzca o sujete la vegetación de las plantas, de este modo el sistema de crecimiento de los sarmientos de las cepas podría semejarse al crecimiento de las ramas de los árboles libres.

Pero también practicamos un tipo de viticultura más moderna, en nuestros viñedos de perfil más fresco, que es de donde obtenemos las uvas de Cuatro Pasos rosado. En este caso, parte de las viñas son en espaldera, aquí las cepas sí que “se enredan” y crecen “acompañadas” de un hilo conductor (un alambre), que sirve de guía, para el crecimiento de sus pámpanos.

El sistema tradicional de poda de los viñedos “en vaso”, consiste en una primera “poda de formación” en la que, en los primeros años, se forma el tronco, del cual surgirán tres o cuatro brazos y luego en dichos brazos, a lo largo de los años, se “ubicarán” los pulgares (un pulgar es un sarmiento que se corta del tamaño de un dedo pulgar, de ahí su nombre).

Durante el invierno, se podarán esos largos brazos, sarmientos que crecieron durante la primavera anterior, queriendo imitar a los árboles, y que se dejarán a dos yemas fértiles vistas, de las cuales brotarán los pámpanos, que tendrán racimos, comenzando así de nuevo el nuevo ciclo ¡y floreciendo de nuevo las viñas!

Una yema es una protuberancia que sale del sarmiento, es por donde en primavera surgirá el nuevo brote, la diferencia entre las yemas vistas (también llamadas principales o francas) con las demás yemas (llamadas secundarias), es que se pueden ver a simple vista, sin embargo, hay otro tipo de yemas, que están más ocultas, (o que se ven, pero no están ubicadas en el pulgar). Las yemas secundarias de los pulgares no suelen brotar a menos que las yemas vistas tengan algún problema. Por ejemplo, si la yema principal sufriera una helada primaveral y el brote muriese; la yema secundaria brotaría, como supervivencia de la planta.

La orientación de las yemas será muy importante, para que los futuros pámpanos crezcan cada uno en una posición tal que luego sus racimos tengan suficiente ventilación.

En el proceso de podado se seleccionan los mejores pulgares. Parte de los sarmientos podados se dejan en la viña, de forma que servirán como abono natural, con el tiempo.

Casi terminamos febrero, marzo asoma… Pronto llegará la primavera ¡pero eso será otro cantar!

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